¿Sabes como afectan las altas temperaturas veraniegas al rendimiento y estado de tu coche?

Con una temperatura exterior de 35ºC, un vehículo detenido, sin el aire acondicionado enchufado, y expuesto al sol, puede alcanzar una temperatura interior de hasta 55ºC en tan sólo 60 minutos. El salpicadero, por ejemplo, más de 70ºC. Eso… en cuanto a la temperatura ambiente dentro del habitáculo, pero…  ¿Imaginas qué sucede con todos los sistemas del coche especialmente sensibles a la subida del “mercurio” propia de estas fechas cuando el vehículo está circulando sobre el asfalto en los largos viajes veraniegos? ¡Perdida de potencia, reducción de la efectividad de las pastillas de freno, descarga de la batería, mayor desgaste de los neumáticos y hasta un eventual mal funcionamiento de la válvula anticontaminación EGR!

Si llevar el coche a punto es fundamental en cualquier época del año, con la subida de las temperaturas el conjunto de hábitos que garantizan el buen funcionamiento de todos los sistemas del vehículo se convierte en algo crítico. El calor somete a un importante “estrés” a muchos componentes del coche, especialmente a los mecánicos. Y se impone prestar mayor atención que en ninguna otra época del año al buen estado del vehículo, verificando los intervalos de mantenimiento y, si nos vamos a poner en carretera para hacer trayectos largos, hacer una revisión preventiva en un taller de confianza. Ten en cuenta, por ejemplo, que los fluidos que necesita el coche para su óptimo funcionamiento -agua, aditivos, aceite o líquido de frenos- se consumen mucho más rápido en esta época.

Posibles efectos del calor

Diversos estudios señalan que el rendimiento del motor podría bajar hasta en un 15%. Si la temperatura es excesivamente alta, la probabilidad de una avería en el sistema del aire acondicionado sube hasta un 35%. En el caso de los neumáticos, el sobrecalentamiento de la banda de rodadura, sobre todo si llevas más presión de la adecuada, incrementa en un 25% el grado de desgaste de los mismos en relación al que se produce en meses más templados o fríos. En algunos casos, como el de las pastillas de freno, un componente de fricción, cuando el termómetro sube mucho, su deterioro puede ser importante.

Las altas temperaturas no sólo afectan al confort en el interior del vehículo o a su rendimiento mecánico, ten en cuenta también, que el calor unido a elementos como la arena de la playa, el salitre, los insectos o los excrementos de los pájaros, pueden afectar seriamente a la carrocería del coche, sobre toda si ésta cuenta con desperfectos de pintura previos.

¿Necesitas más argumentos para prestar especial atención a tu coche en los meses más calurosos del año? Revísalo. Y verifica que llevas la ITV en regla. Para que ningún sobresalto al volante empañe tus vacaciones.